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Güebona bitácora más que peich...

Invierno en el jardín de La Parca - Capítulo 11

Era el momento de darse la vuelta e irse a mi refugio, cuando acabasen de pasar por mi lado. Al cabo de unos segundos dejaron de pasar y vi que debían ser al menos cien, sin duda una masacre. Miré hacia el campamento una última vez y vi como empezaban a salir de las cabañas, alterados por lo que oían decir a los vigías, aunque sobretodo, imaginaba, de los gritos proferidos por los salvajes. Se que tenía que irme, pero lo único hacía era quedarme allí quieto, observando todo, con una macabra fascinación.

 

El primer ataque fue repelido sobretodo gracias a la recia empalizada que rodeaba al campamento, impidiendo que los salvajes entrasen dentro. Un grupo de flechas salido desde dentro hirieron a unos cuantos salvajes, pero ninguno de gravedad. Los salvajes, más inteligentes de lo que en un principio se podría pensar, se cubrieron y empezaron a zigzaguear cuando un segundo grupo de flechas cayó encima de ellos, con menos fortuna aún que el primer grupo. Mientras tanto, otro grupo que había permanecido en la retaguardia salió del bosque portando un árbol inmenso, sin duda con la intención de usarlo como ariete. Aquello me sorprendió; en mis encuentros con salvajes nunca habían mostrado esa inteligencia, como si no fuesen capaces de aprender o evolucionar.

 

El ariete golpeó con fuerza la puerta de entrada, que aguantó a duras penas. Otra lluvia de flechas cayó encima de los salvajes que portaban el tronco, consiguiendo matar a un par que enseguida fueron remplazados. El campamento estaba perdido…

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