Blogia
Güebona bitácora más que peich...

Invierno en el jardín de La Parca -- Capítulo 13

Observé como el salvaje alzaba su garrote y se lanzaba a por mí. Finté a mi adversario haciéndole creer que iba a ir hacia su lado izquierdo, y mientras se recuperaba le acuchillé el costado un par de veces, haciéndole cortes superficiales en las costillas. El salvaje giró hacia mi nueva posición rápidamente y le volví a acuchillar, está vez en la cara. El cuchillo se quedó alojado en su mejilla, lo solté y giré sobre mi mismo como una peonza hacia la izquierda mientras bajaba mi cuerpo y proyectaba mi pierna derecha, golpeándole en el talón derecho y haciéndole caer. Al acabar el giró salté hacia él, flexionando mis piernas al máximo y soltándolas con toda mi fuerza sobre su pecho. Este se hundió con un horrible crujido, lo que le supuso la muerte instantánea. Me aparté de mi adversario y miré hacia el campamento. Alguno de los arqueros supervivientes me había reconocido, aunque no me dijeron nada. Supongo que en momentos críticos cualquier ayuda es bien recibida, aunque sea de un enemigo. Mientras me agachaba para recuperar mi cuchillo, seguí observando como estaba la situación. Las puertas estaban a punto de reventar por las embestidas de los salvajes y por los agujeros asomaban aquellos malditos seres. Me acerqué al grupo de arqueros y les dije que siguiesen lanzando flechas al otro lado de la empalizada, pero no reaccionaron, así que me agaché y recogí un arco de uno de los muertos. Saqué una flecha de la aljaba, la dispuse en el arco, apuntando a un salvaje que asomaba por un agujero en la puerta y disparé. La flecha dio en el blanco aunque no mortalmente, maldiciéndome por no haber practicado más en el bosque. Pero mi acción consiguió hacer reaccionar a los supervivientes, preparándose de nuevo para disparar. No me quedé a ver como disparaban, pues ya tenía nuevos objetivos a mi vista. Un grupito se había colado trepando por el otro lado del campamento y atacaban al grupo que comandaba la defensa. John intentaba proteger a Ana de uno de ellos, mientras Quentin y Angie se enfrentaban a otros cuatro. Con media sonrisa, corrí hacia allí…

0 comentarios