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Güebona bitácora más que peich...

Hace 5 años...

Estaba en el sofá esperando a que llegase la hora de comer. Mi madre se acercó a mi desde la cocina y me dijo “pon la tele, parece que una avioneta a chocado contra un edificio de Nueva York”. Como tenía la tele puesta, zapeé buscando un informativo y de repente lo encontré en el Canal Plus. Nada más verlo avisé a mi madre y le dije”eso no lo ha hecho una avioneta” y, a los pocos minutos, empezaban todos los informativos con la imagen de la torre ardiendo. Y cuando aun se estaban haciendo cábalas de si era un avión, una avioneta o a saber que, de repente un avión se mete en la pantalla, gira y se estrella contra la segunda torre, mientras Matías Prats dice “oh dios mío”. La pesadilla sigue viendo a la gente saltar de las torres y otra vez, de forma inesperada, salen las imágenes del Pentágono, con una de sus paredes destrozadas por un tercer avión. Ya no había duda, EEUU, la nación más poderosa del mundo, estaba sufriendo el mayor ataque terrorista de la historia. Una serie de noticias, fruto de la histeria, se suceden, de las cuales la mayoría fueron falsas. Nos informaron de cosas como un incendio en el aeropuerto de Los Ángeles, bombas en sitios estratégicos en zonas de EEUU, un avión estrellado, más aviones secuestrados, de las cuales la única cierta fue un avión estrellado, el vuelo 93, gracias a los pasajeros que se rebelaron. Pero la pesadilla no había acabado. La torre que había sufrido el segundo impacto se colapsó, cayendo entre un océano de polvo, humo, fuego y gritos de los espectadores. Al poco, la primera torre también sufrió la misma suerte. Había sido testigo de las imágenes que, hasta el momento, más me han impactado. Y, como dije en aquel momento, era testigo del principio de la tercera guerra mundial, la guerra contra el terrorismo, cuyo fin, por desgracia, aun no hemos visto ni ha llegado al cenit de su desarrollo.

 

Por todos aquellos que murieron ese día, por todos los que murieron después, y por todos los que aun quedan por morir, por todos los bandos posibles, guardemos un minuto de silencio.

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