La conjura de los móviles
Recientemente el móvil de mi media naranja se estropeó y aunque soy más partidario de comprar un móvil nuevo, en vista de los precios de cualquier móvil que tenga simplemente una cámara, decidimos ir al servicio técnico. El caso es que, entre otras cosas, hay que pagar para que te hagan un presupuesto (!) y luego ya decides si aceptas o no. Y además no hay que pagar poco, sino 20 leros, un poco menos de lo que cuesta la mano de obra por hora (y eso que no es nokia, que si lo fuese cuesta 45 leros sin iva). Es como si para hacer una web yo dijese, pera, chacho, que antes de ni siquiera saber que quieres, vas a tener que pagar 100 euros para que te lo presupueste, y da gracias que estoy magnánimo, que sino no te hago el trabajo. Puede entender que se pague para que te hagan un presupuesto de algo que necesite desplazamiento, pero coño, vas a reparar el móvil y tienes que pagar dos veces. Y luego para que la reparación te cueste más que un móvil de las mismas características, porque esa es otra, si te dijesen "mira, te va a costar más que un móvil nuevo" pero nooo, eso sería honradez. Y el mundo no está hecho para los honrados. Lo más curioso, es que el móvil se ha estropeado al poco de haberse acabado la garantía. ¡Qué CASUALIDAD!
El caso es que cada vez son más los fabricantes que hacen móviles y electrodomésticos con alguna pieza preparada para que con un determinado número de usos o tiempo, medido milimétricamente, se rompa al poco de vencer la garantía. No es ley de Murphy, es que me lo ha confirmado gente de servicios técnicos. Por supuesto, a veces no sale bien y se rompen cuando falta uno o dos meses para que venza la garantía, pero siempre rozando el límite de la misma. Y bueno, si es un móvil jode, pero si es una lavadora o una nevera jode mucho más. Lo peor de todo, y lo que da más miedo, es que es una práctica también hecha en los coches, aunque en general en piezas que no son fundamentales para no provocar accidentes graves. Enfins, es lo que tiene vivir en el mundo consumista.
El caso es que cada vez son más los fabricantes que hacen móviles y electrodomésticos con alguna pieza preparada para que con un determinado número de usos o tiempo, medido milimétricamente, se rompa al poco de vencer la garantía. No es ley de Murphy, es que me lo ha confirmado gente de servicios técnicos. Por supuesto, a veces no sale bien y se rompen cuando falta uno o dos meses para que venza la garantía, pero siempre rozando el límite de la misma. Y bueno, si es un móvil jode, pero si es una lavadora o una nevera jode mucho más. Lo peor de todo, y lo que da más miedo, es que es una práctica también hecha en los coches, aunque en general en piezas que no son fundamentales para no provocar accidentes graves. Enfins, es lo que tiene vivir en el mundo consumista.
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