Un traje nuevo...no tiene mucho gancho el título, no...
Siempre que me invitan a una boda pasa lo mismo, o el traje o los zapatos no me valen o están muy gastados. El caso es que el viernes 8 de octubre tengo una boda de un amigo mío de esos que dicen de toda la vida. Y claro, como no podía ser de otra forma, ni los zapatos (gastadísimos) ni el traje me valen. Es lo que tiene haber perdido casi 20 kilos desde la última boda. Así que como hay que asistir y cumplir e ir en chándal o con vaqueros no queda muy fashion a no ser que seas famoso, decidí ir a comprarme ropita. Y aquí empieza la aventura :D. La semana pasada fui a por el traje y después de pasar por muchas tiendas de ropitas y pijadas encontré uno que más o menos me gustaba. Pregunta: ¿Por qué la mayoría de los trajes los hacen a rayas hoy en día? Y ya no veas las camisas, hay cada una que?pero bueno, no nos desviemos del tema. Como íbamos diciendo, después de elegir el traje y decir que me lo arreglasen (tengo un problema con la ropa; tengo demasiada caja torácica en comparación con mi altura) quedamos en volver martes por la tarde o miércoles por la mañana para recogerlo.
Hoy he ido recoger el traje con mis papas y después de que los dependientes mariposearán a mi alrededor para elegir la camisa (había uno que me echaba unas miraditas? ) nos hemos ido a dar un paseo por el centro comercial. Por cierto que me ha hecho gracia cuando mi mamá, viendo que el traje negro (tiene una obsesión por que no me ponga cosas negras por los gatos que tengo y tal), dice al dependiente ?es que le tengo dicho que no compre nada negro que se llena de pelos y pelusa, y nosotros encima que tenemos gatos? a lo que el susodicho le ha contado que el tenía un gato persa de 3 meses, y acto seguido ha soltado ?pero que miedo me va a dar cuando crezca y saque las uñas? y yo he soltado ?es lo que tienen los gatos, que suelen venir con uñas?. La cara del dependiente, de mi madre y de mi padre aguantándose la risa ha sido para enmarcar.
Siguiendo con mi relato después del traje hemos ido al mítico Carrefour ha comprar, entre otras cosas, una funda para el traje, que no llevaba. Allí, mientras dejaba a mis papás comprando sus cositas, yo me he encaminado hacia la sección de DVD?s, resuelto a aprovechar la oferta 3x2. Después de buscar durante casi una hora y preguntarme por qué la gente no es capaz de dejar las películas ordenadas, para no obligar a mirar TODAS las películas de TODOS los estantes, me quedé con El pianista, el remake del Amanecer de los Muertos y de regalo Scary Movie 3 (sí, confieso, a mi me gustó).
Una vez acabadas las compras y como ya era tarde hemos comido en el buffet del Carrefour, donde por poco más de 6 ? comes hasta hartarte, como ya comprobamos otra vez que comimos en el mismo sitio, y he vuelto a ver al Hombre Raro de los Tirantes. Este hombre, un viejo de unos setenta y pico años, ya le vi la otra vez y me extraño el ritual que sigue para comer. Consiste en lo siguiente: deja la bandeja en una mesa mientras coge un plato y se va a la mesa de al lado. Así, este hombre come ocupando dos mesas, la suya y la adyacente donde deja la bandeja y de la cual va cogiendo progresivamente los platos. Y ahora me imagino que todos los que me lean se preguntarán ?¿Y por qué lo hace??. Pues como yo también me lo preguntaba y me lo pregunto desde la primera vez que lo vi. Enfins, que se le va ha hacer, un misterio más sin resolver?
Hoy he ido recoger el traje con mis papas y después de que los dependientes mariposearán a mi alrededor para elegir la camisa (había uno que me echaba unas miraditas? ) nos hemos ido a dar un paseo por el centro comercial. Por cierto que me ha hecho gracia cuando mi mamá, viendo que el traje negro (tiene una obsesión por que no me ponga cosas negras por los gatos que tengo y tal), dice al dependiente ?es que le tengo dicho que no compre nada negro que se llena de pelos y pelusa, y nosotros encima que tenemos gatos? a lo que el susodicho le ha contado que el tenía un gato persa de 3 meses, y acto seguido ha soltado ?pero que miedo me va a dar cuando crezca y saque las uñas? y yo he soltado ?es lo que tienen los gatos, que suelen venir con uñas?. La cara del dependiente, de mi madre y de mi padre aguantándose la risa ha sido para enmarcar.
Siguiendo con mi relato después del traje hemos ido al mítico Carrefour ha comprar, entre otras cosas, una funda para el traje, que no llevaba. Allí, mientras dejaba a mis papás comprando sus cositas, yo me he encaminado hacia la sección de DVD?s, resuelto a aprovechar la oferta 3x2. Después de buscar durante casi una hora y preguntarme por qué la gente no es capaz de dejar las películas ordenadas, para no obligar a mirar TODAS las películas de TODOS los estantes, me quedé con El pianista, el remake del Amanecer de los Muertos y de regalo Scary Movie 3 (sí, confieso, a mi me gustó).
Una vez acabadas las compras y como ya era tarde hemos comido en el buffet del Carrefour, donde por poco más de 6 ? comes hasta hartarte, como ya comprobamos otra vez que comimos en el mismo sitio, y he vuelto a ver al Hombre Raro de los Tirantes. Este hombre, un viejo de unos setenta y pico años, ya le vi la otra vez y me extraño el ritual que sigue para comer. Consiste en lo siguiente: deja la bandeja en una mesa mientras coge un plato y se va a la mesa de al lado. Así, este hombre come ocupando dos mesas, la suya y la adyacente donde deja la bandeja y de la cual va cogiendo progresivamente los platos. Y ahora me imagino que todos los que me lean se preguntarán ?¿Y por qué lo hace??. Pues como yo también me lo preguntaba y me lo pregunto desde la primera vez que lo vi. Enfins, que se le va ha hacer, un misterio más sin resolver?
0 comentarios