Capítulo Cero
Era un día aburrido, un martes, día intrascendente cuyo único mérito es ser el segundo de la semana. Sumido en mis pensamientos, caminaba sin prisa pero sin pausa hacia la boca del metro. El mundo, a través del cristal de mis gafas, era del color gris del amanecer nublado.
Por la calle sólo había un borracho, al otro lado de la calle, que se golpeaba suavemente contra la pared, mientras avanzaba lentamente. No le presté más atención y bajé las escaleras hacia la cueva artificial que siempre te recibía con una bocanada de aire caliente, como una entrada al infierno, en este caso urbano.
Saqué el libro que estaba leyendo de mi bolsa, uno intrascendente que hablaba sobre las virtudes y defectos de los actores, contado en clave de humor, y, después de ticar en los tornos, me dirigí hacia el andén distraídamente, leyendo como Robert Downey Jr tuvo su primer escarceo con la droga a los 4 años. Concentrado como estaba, no me di cuenta de que el metro se retrasaba, hasta que por fin levanté los ojos y de la vida y milagros de Steve Buscemi pase a la pantalla de mi móvil para revisar la hora. ¿Las 9:00? No era posible. Llevaba una hora en el andén y no había venido ningún tren. Y tampoco habían anunciado nada por el megáfono. Mmm... ¿Y la gente? No había nadie. En una hora nadie había bajado. ¿Una huelga de la que no me había enterado? ¿O algo más? Con estos pensamientos en mi cabeza, me levanté del banco y empecé a subir la escalera hacia el exterior...
(Continuará)
Por la calle sólo había un borracho, al otro lado de la calle, que se golpeaba suavemente contra la pared, mientras avanzaba lentamente. No le presté más atención y bajé las escaleras hacia la cueva artificial que siempre te recibía con una bocanada de aire caliente, como una entrada al infierno, en este caso urbano.
Saqué el libro que estaba leyendo de mi bolsa, uno intrascendente que hablaba sobre las virtudes y defectos de los actores, contado en clave de humor, y, después de ticar en los tornos, me dirigí hacia el andén distraídamente, leyendo como Robert Downey Jr tuvo su primer escarceo con la droga a los 4 años. Concentrado como estaba, no me di cuenta de que el metro se retrasaba, hasta que por fin levanté los ojos y de la vida y milagros de Steve Buscemi pase a la pantalla de mi móvil para revisar la hora. ¿Las 9:00? No era posible. Llevaba una hora en el andén y no había venido ningún tren. Y tampoco habían anunciado nada por el megáfono. Mmm... ¿Y la gente? No había nadie. En una hora nadie había bajado. ¿Una huelga de la que no me había enterado? ¿O algo más? Con estos pensamientos en mi cabeza, me levanté del banco y empecé a subir la escalera hacia el exterior...
(Continuará)
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