Un Día Cualquiera -- Capítulo 2
Nieve. Clicaba insistentemente en la barra que pasaba de un canal a otro pero sólo había la nieve característica de cuando no se recibe señal alguna. Volví a mirar el móvil, nervioso, que seguía sin cobertura. Un escalofrío recorrió mi columna hasta la base del cráneo ¿Qué cojones estaba pasando? En ese momento escuche un sonido. Al principio no supe identificarlo, pero parecía salir de la habitación de Pedro, uno de mis compañeros de piso. Era un sonido insistente como
como
¿a qué me recordaba? Me levanté lentamente de la silla, evitando hacer ruido, mientras con mi mano izquierda apretaba, por un acto puramente reflejo, el ALT F4 que apagaría el ordenador. Confirmando la acción con el INTRO, escuchando otra vez el ruido, salí de mi habitación con todos los sentidos alerta. Es curioso como nos ponemos alerta cuando algo nos estremece, desarrollando una capacidad sensitiva extraordinaria que en condiciones normales no tenemos. Gracias a esto identifique enseguida el sonido que antes se me resistía.
Era un golpe no demasiado fuerte, seguido de una especie de ¿rasgadura? Me acerqué con precaución a la puerta ¡pum!¡rrrrrrrrrs! Retrocedí un poco precipitadamente, golpeando con mi espalda al armario empotrado del pasillo ¡PUM!¡RRRRRRRS! El golpe sonó más fuerte, y la rasgadura parecía hecha con más fuerza. Armándome de valor me acerqué otra vez a la puerta y susurré - ¿Pasa algo?¿Necesitas ayuda?- De repente se pararon los ruidos.
¡¡CRASH!! El sonido de la tabla de la puerta astillándose por la parte que daba a la habitación hizo que se apoderase de mí un miedo irracional. No esperé ni al siguiente golpe ni a respuesta alguna y, después de cerrar mi habitación de un portazo, salí corriendo de aquella casa totalmente aterrorizado. Y en mi mente un pensamiento, ir a casa de mi media naranja
Era un golpe no demasiado fuerte, seguido de una especie de ¿rasgadura? Me acerqué con precaución a la puerta ¡pum!¡rrrrrrrrrs! Retrocedí un poco precipitadamente, golpeando con mi espalda al armario empotrado del pasillo ¡PUM!¡RRRRRRRS! El golpe sonó más fuerte, y la rasgadura parecía hecha con más fuerza. Armándome de valor me acerqué otra vez a la puerta y susurré - ¿Pasa algo?¿Necesitas ayuda?- De repente se pararon los ruidos.
¡¡CRASH!! El sonido de la tabla de la puerta astillándose por la parte que daba a la habitación hizo que se apoderase de mí un miedo irracional. No esperé ni al siguiente golpe ni a respuesta alguna y, después de cerrar mi habitación de un portazo, salí corriendo de aquella casa totalmente aterrorizado. Y en mi mente un pensamiento, ir a casa de mi media naranja
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